Esta campaña que Ogilvy hizo para la marca Scrabble ganó varios premios de creatividad en distintos certámenes, como lo son el Pregonero de Bronce y el festival de Antigua por ejemplo. El gran problema que se da con ésta campaña es que es bastante parecida a una que sacó la misma agencia (Ogilvy), sólo que en su sede de Hungría hace unos tres años. Para hacerlo peor, el concepto o bajón de la campaña costarricense se llama “Batalla de Palabras”, nombre que tuvo también una campaña de Ogilvy Dinamarca hace dos años para, adivinen cuál marca… sí Scrabble. El parecido entre ambas campañas es innegable. De hecho, lo único que las diferencia es la bajada (que es igual a otra campaña de Ogilvy para Scrabble además) y una que otra diferencia en la ejecución gráfica por así decirlo.
En este país existe la mala costumbre de que los creativos y las agencias publicitarias hacen lo que sea por obtener un galardón a su creatividad. Esto va desde los ya muy conocidos “truchos”, o lo que pasa en este caso, que son “fusiles”. Por “fusiles” se entienden las copias o ejecuciones bastante parecidas a campañas ya existentes. Claramente, ambas estrategias (anuncios que nunca pidió el cliente, o para clientes falsos etc. y copiar otras campañas exitosas) no son la manera más adecuada de proceder, pero con el tiempo se han vuelto costumbre en nuestro país.
Curiosamente, nuestro Código de Autorregulación Publicitaria hace mención en uno de sus artículos (el número 19) a la “Imitación” (de los truchos no se habla nada), en donde menciona que “La publicidad de un producto no podrá imitar la forma general, texto, presentación visual, efectos de sonido, etc. de anuncios de otros anunciantes difundidos con anterioridad, a menos que se trate de un evidente y deliberado recurso creativo”. Además de esto, y para concordar acorde con este caso en espcífico, menciona claramente que “Cuando un anunciante ha difundido campañas distintivas en uno o más países extranjeros, los demás anunciantes deberán abstenerse de imitar indebidamente esas campañas en Costa Rica, de forma tal que prevenga la extensión de las campañas extranjeras hacia el país.”
No queda ni la menor duda entonces que copiar o fusilarse una campaña o idea ya sea nacional o extranjera, es una falta contra el código de ética no sólo de la publicidad costarricense, sino de la persona misma. Uno se está adjudicando las ideas de otros, no en una conversación casual por ejemplo, sino en un concurso publicitario que se supone serio, y que además tiene a otras personas que están participando con otros trabajos que (al menos que se sepa) sí son originales. Hasta en el mismo nombre de le profesión se contradice el hecho de copiar ideas, ya que uno es “creativo” publicitario, por ende, crea asociaciones entre diferentes ideas y conceptos para crear nuevos y utilizarlos para persuadir a la gente. Esto último es como una visión romántica de la profesión claramente, pero eso no quita que el plagio de ideas va en contra de lo que ser creativo significa.
Este caso particular tiene dos salidas. Una es que los que hicieron la campaña, realmente pensaron la idea y nació, sin querer, sumamente parecida a las ya existentes. Esto, en todo caso, podría pasar ya que es el juego Scrabble, se habla de palabras, de ganar puntos, de que uno escoge cuál es la palabra más adecuada etc. En todo caso, de que puede pasar, podría pasar, las posibilidades no son nulas. La segunda salida a este meollo, es que los creativos hayan decido copiar la idea, creando sutiles diferencias, esperando que nadie se diera cuenta de la campaña en la cual se basaron. Esta última sí implica un serio vacío de competitividad, creatividad, y ética por así decirlo. Simple y sencillamente, eso es copiar, o hacer trampa, y por lo general se ve como un acto indebido.
Me gustaría utilizar dos citas que me llamaron la atención para cerrar. La primera es de Albert Einstein, la cual dice que “El secreto de la creatividad es saber esconder tus fuentes”. La segunda dice que “La originalidad, es un plagio no detectado”, y la dijo Thomas R. Ince. Básicamente ambas dicen lo mismo, pero de maneras diferentes, y ambas hablan de la creatividad, la cual creo que en el fondo de eso se trata también. Como dice el viejo dicho, “no hay nada nuevo bajo el sol”, y básicamente lo que uno cree que es totalmente original, tiene que haber tenido sus diferentes influencias. La clave está ahí, uno puede influenciarse, pero darle el toque individual es lo que diferenciaría una idea propia, lo que la hace diferente. En cuanto a si yo haría una imitación de una campaña como la de este caso adrede (que puede que los que hicieron la de Scrabble lo hayan hecho sin querer), creo que no lo haría. Sería demasiado obvio y después habría que lidiar con muchos problemas y comentarios negativos del trabajo propio… y la verdad creo que es preferible llevar algo que si bien no es tan exitoso, que no tenga “rabo que le majen”. Pero bueno, cada cabeza es un mundo, y cada quien se rige por sus propias reglas.
En este país existe la mala costumbre de que los creativos y las agencias publicitarias hacen lo que sea por obtener un galardón a su creatividad. Esto va desde los ya muy conocidos “truchos”, o lo que pasa en este caso, que son “fusiles”. Por “fusiles” se entienden las copias o ejecuciones bastante parecidas a campañas ya existentes. Claramente, ambas estrategias (anuncios que nunca pidió el cliente, o para clientes falsos etc. y copiar otras campañas exitosas) no son la manera más adecuada de proceder, pero con el tiempo se han vuelto costumbre en nuestro país.
Curiosamente, nuestro Código de Autorregulación Publicitaria hace mención en uno de sus artículos (el número 19) a la “Imitación” (de los truchos no se habla nada), en donde menciona que “La publicidad de un producto no podrá imitar la forma general, texto, presentación visual, efectos de sonido, etc. de anuncios de otros anunciantes difundidos con anterioridad, a menos que se trate de un evidente y deliberado recurso creativo”. Además de esto, y para concordar acorde con este caso en espcífico, menciona claramente que “Cuando un anunciante ha difundido campañas distintivas en uno o más países extranjeros, los demás anunciantes deberán abstenerse de imitar indebidamente esas campañas en Costa Rica, de forma tal que prevenga la extensión de las campañas extranjeras hacia el país.”
No queda ni la menor duda entonces que copiar o fusilarse una campaña o idea ya sea nacional o extranjera, es una falta contra el código de ética no sólo de la publicidad costarricense, sino de la persona misma. Uno se está adjudicando las ideas de otros, no en una conversación casual por ejemplo, sino en un concurso publicitario que se supone serio, y que además tiene a otras personas que están participando con otros trabajos que (al menos que se sepa) sí son originales. Hasta en el mismo nombre de le profesión se contradice el hecho de copiar ideas, ya que uno es “creativo” publicitario, por ende, crea asociaciones entre diferentes ideas y conceptos para crear nuevos y utilizarlos para persuadir a la gente. Esto último es como una visión romántica de la profesión claramente, pero eso no quita que el plagio de ideas va en contra de lo que ser creativo significa.
Este caso particular tiene dos salidas. Una es que los que hicieron la campaña, realmente pensaron la idea y nació, sin querer, sumamente parecida a las ya existentes. Esto, en todo caso, podría pasar ya que es el juego Scrabble, se habla de palabras, de ganar puntos, de que uno escoge cuál es la palabra más adecuada etc. En todo caso, de que puede pasar, podría pasar, las posibilidades no son nulas. La segunda salida a este meollo, es que los creativos hayan decido copiar la idea, creando sutiles diferencias, esperando que nadie se diera cuenta de la campaña en la cual se basaron. Esta última sí implica un serio vacío de competitividad, creatividad, y ética por así decirlo. Simple y sencillamente, eso es copiar, o hacer trampa, y por lo general se ve como un acto indebido.
Me gustaría utilizar dos citas que me llamaron la atención para cerrar. La primera es de Albert Einstein, la cual dice que “El secreto de la creatividad es saber esconder tus fuentes”. La segunda dice que “La originalidad, es un plagio no detectado”, y la dijo Thomas R. Ince. Básicamente ambas dicen lo mismo, pero de maneras diferentes, y ambas hablan de la creatividad, la cual creo que en el fondo de eso se trata también. Como dice el viejo dicho, “no hay nada nuevo bajo el sol”, y básicamente lo que uno cree que es totalmente original, tiene que haber tenido sus diferentes influencias. La clave está ahí, uno puede influenciarse, pero darle el toque individual es lo que diferenciaría una idea propia, lo que la hace diferente. En cuanto a si yo haría una imitación de una campaña como la de este caso adrede (que puede que los que hicieron la de Scrabble lo hayan hecho sin querer), creo que no lo haría. Sería demasiado obvio y después habría que lidiar con muchos problemas y comentarios negativos del trabajo propio… y la verdad creo que es preferible llevar algo que si bien no es tan exitoso, que no tenga “rabo que le majen”. Pero bueno, cada cabeza es un mundo, y cada quien se rige por sus propias reglas.
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