Por: Sophia Rodríguez Mata
En una campaña lanzada desde el 2010 y que aún continúa pautada en Costa Rica y varios países latinoamericanos, Procter and Gamble a través de su marca Suavitel nos presentan un anuncio con un mensaje controversial que hasta el momento se ha librado de trabas para ser expuesto pero facilita todo un debate en torno al contenido. El producto, un suavizante de ropa que aromatiza, suaviza y ahora también disminuye las arrugas de las prendas, es presentado como la solución definitiva para todas las mujeres que deben asumir la responsabilidad de los quehaceres de su casa, principalmente de la planchada de ropa de todos los miembros de la familia. Es ella, únicamente la mujer madre de familia, quien debe hacerse cargo de la planchada y sacrificar su tiempo libre mientras sus maridos e hijos disfrutan divirtiéndose en otras actividades recreativas que a ella le están negadas solo por el hecho de ser mujer y por tanto encargada exclusiva de su hogar.
La representación del rol femenino en la madre abnegada y sacrificada planchadora incumple claramente con lo establecido por el código de ética del Colegio de Periodistas en el que se establece el mandato en el artículo 25 de “No reproducir estereotipos de ninguna naturaleza, ni hacer discriminación de personas por ninguna razón”. Tanto la mujer como su esposo pudieron celebrar la efectividad del producto para ahorrarse el tiempo que perdían en una tarea tan frustante como el planchado, pero la agencia decidió que ella debía ser la única “heroína” (más bien víctima) que debía descubrir el producto y utilizarlo en su vida diaria pues se considera que de todas maneras esa es su responsabilidad.
http://youtu.be/UNlxjYJdmxM
Preocupa que una marca respalde todavía hoy un mensaje tan sexista en el que la mujer debe sentirse culpable no solo si incumple los quehaceres del hogar si no también si el tiempo invertido en esos quehaceres le quita momentos para compartir con sus hijos y parejas, pero lo más grave es que el comercial presente a hijos y un esposo acostumbrados a esa realidad que no piensan en asumir encargos o al menos ayudar a la madre en sus responsabilidades sino que decidan salir a divertirse mientras ella se encarga de todo el trabajo. La marca invita a las mujeres/madres a rebelarse contra esa realidad del planchado diario para acompañar a los suyos y relajarse, pero no porque ella no tenga por qué aceptar responsabilidades impuestas por la sociedad, sino porque el producto ya le facilitó la labor en otra tarea doméstica (la lavada) de la que ella también debería hacerse cargo.
Fuentes:
1. “Código de Ética de las y los Profesionales en Comunicación”, Colegio de Profesionales en Comunicación de Costa Rica
2. "Código de Autorregulación Publicitaria" InPub, Instituto Nacional de la Publicidad, Costa Rica.
3. http://www.merca20.com/nueva-campana-de-youn-rubicam-para-suavitel/
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